El proyecto, que data de hace más de 15 años, tiene en su estudio de impacto ambiental un 90 por ciento de avance, precisó el gerente de la Empresa de Transmisión Eléctrica S.A.(Etesa), Carlos Mosquera.
Indicó además que ambos países lograron definir la ruta y el corredor ambiental por donde pasará la línea eléctrica, que permitirá un intercambio regional de energía.
La obra representa una inversión de cerca de 500 millones, a cargo de la colombiana ISA y la panameña Etesa y consiste en una línea de transmisión eléctrica desde la subestación Cerromatoso, en el departamento colombiano de Córdoba, hasta la subestación Panamá II, en la provincia de Panamá.
Con una extensión de 500 kilómetros, la ruta se dividirá en tres tramos: el primero es terrestre en el lado de Panamá con 220 kilómetros; un segundo tramo de 130 kilómetros, que será a través de un cable submarino; y el tercero también por tierra del lado de Colombia, con 150 kilómetros.
Según Mosquera, la decisión de utilizar un cable submarino para transportar la energía, evita afectar el bosque primario del tapón de Darién, aunque este mecanismo de cable submarino es mucho más costoso que si se hiciera a través de torres, con líneas aéreas por la vía terrestre.
Se prevé tener todos los estudios terminados a finales de este año, con lo cual se podrá convocar a la licitación para comenzar a construir la línea a finales de 2023 o inicios de 2024, precisó Mosquera.
Uno de los principales beneficios de la interconexión para Centroamérica será la seguridad del suministro y el acceso a energía de menor costo para los agentes de Panamá y Colombia, así como la optimización de los recursos disponibles en toda la región.
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