El mandatario felicitó al militar jubilado, elegido ayer titular del Congreso con los votos de un bloque de bancadas de extrema derecha y aliados de otros grupos, y lo invitó a una reunión.
“Ya cursé la invitación hice llegar el saludo y estoy a la espera de que nos pongamos de acuerdo y nos sentemos a conversar, y veamos los compromisos de este gobierno y recorramos el país”, declaró Castillo tras una actividad oficial.
Menos entusiasta se mostró el exjefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, quien consideró pertinente la comunicación entre los poderes del Estado y dijo que la reunión debe ser en el Palacio y no solo entre él y Castillo, sino con participación de una delegación de cada parte.
Tampoco planteó la fecha y solo dijo que en el momento oportuno “le cursaré una invitación para que nos visite en el Congreso, no hay una fecha todavía”, apuntó.
Williams confirmó su negativa a suscribir el compromiso de honor firmado por todas las bancadas hace menos de dos meses, de que, si llegara el momento en que el presidente Castillo y la vicepresidenta, Dina Boluarte, cesaran, elegirían un nuevo titular del Congreso de consenso para que sumiera la jefatura del Estado.
Aquel acuerdo fue firmado por Luis Aragón, rival de Williams en una segunda vuelta en el pleno congresal de ayer y el nuevo presidente del Legislativo alegó que su bancada no está de acuerdo, hay un nuevo consenso y debe respetarse el orden de sucesión constitucional.
En opinión generalizada, la elección de Williams fortaleció al bloque de derecha extrema y su “hoja de ruta” consistente en cesar a la vicepresidenta Boluarte, encontrar después la fórmula para vacar (destituir) a Castillo y que asuma todo el poder el Parlamento.
Representantes de ese sector parlamentario como el congresista Alejandro Cavero, planteó que, en ese escenario, el Legislativo se dedicaría a establecer nuevas reglas de juego que otras fuerzas políticas no dudan que serán a favor de la derecha.
Uno de los exponentes de la oposición dura, el exmarino Jorge Montoya, ha dicho abiertamente que el siguiente paso será cambiar a los titulares de los organismos como los electorales, en este caso porque se resistieron a sus presiones para anular la victoria de Castillo en las urnas, en 2021.
El problema para esos planes es la creciente impopularidad del Parlamento, mayor que la del Ejecutivo, según encuestas privadas que consignan una desaprobación de apenas 6,7 por ciento.
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