De acuerdo con el organismo, grandes, medianas y pequeñas empresas niponas sufrieron secuestros de datos, los cuales provocaron la suspensión temporal de la producción, las ventas y los servicios.
A propósito, en febrero pasado Toyota Motor paralizó las operaciones en sus 14 plantas nacionales durante un día después de que el proveedor de repuestos Kojima Industries fuera pirateado.
Asimismo, cinco hospitales cesaron la aceptación de nuevos pacientes debido a los problemas de visualización de los historiales médicos electrónicos generados por malwares, precisó el informe.
El «ransomware» es un tipo de programa maligno que cuando infecta encripta los datos almacenados en un terminal u otro dispositivo y los deja inutilizables, a cambio de compensación económica.
La NPA señaló que en los últimos tiempos surgió una tendencia a la doble extorsión, consistente no solo en encriptar datos, sino también en robarlos y luego exigir dinero por estos a cambio de evitar su publicación.
“Muchos métodos de infiltración apuntan a la fragilidad de las redes y otras infraestructuras, como los equipos VPN (red privada virtual)”, destacó la agencia.
La policía confirmó el modus operandi en 81 ataques de los 114 registrados, la mayor parte de los cuales se basaban en la técnica de la doble extorsión y los criptoactivos representaron una gran proporción del dinero demandado.
Una encuesta de la NPA reveló que muchas de las víctimas gastaron 10 millones de yenes (70 mil dólares) o más investigando el alcance de los daños y en la recuperación de datos.
Al respecto, las autoridades niponas competentes recordaron a las empresas y organismos, incluidos los proveedores de infraestructuras críticas, que refuercen las medidas de ciberseguridad.
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