Según la investigación, que entrevistó a dos mil 100 personas entre el 3 y 13 de agosto en 130 municipios, también un 3,2 por ciento admitió que durante el último mes sufrió amenazas por razones políticas.
Hace cuatro años, asesinatos, intimidaciones y ofensas marcaron la justa comicial y, desde entonces, los casos vienen creciendo a medida que se acerca la disputa del 2 de octubre.
En julio, por ejemplo, el policía penal federal Jorge Guaranho asesinó a tiros al guardia municipal y tesorero del Partido de los Trabajadores (PT) Marcelo Aloizio de Arruda, quien celebraba su 50 cumpleaños con imágenes del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en Foz do Iguaçu, municipio del sureño estado de Paraná.
De igual manera a principios de septiembre Benedito Cardoso dos Santos fue asesinado a puñaladas y machetazos por un compañero de trabajo, Rafael de Oliveira, partidario del mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro, tras una discusión política en la ciudad de Confresa, estado de Mato Grosso (centro-oeste).
Sobre el miedo a la violencia política en las próximas elecciones, la pesquisa indicó además que el respaldo al autoritarismo cayó respecto al estudio anterior, realizado en 2017.
La propensión a apoyar posiciones autoritarias pasó de 8,1 a 7,29. La escala va de cero a 10. El discurso perdió más fuerza principalmente entre los jóvenes de 16 a 24 años.
Asimismo, los investigadores estimaron alto el apoyo a la democracia, que obtuvo un índice de 7,25. Al menos 88,1 por ciento confirmó que el elegido debe tomar posesión el 1 de enero.
Hasta el 89,3 por ciento declaró que resulta esencial «elegir a sus líderes en elecciones libres y transparentes».
Los entrevistados rechazaron por otra parte la bandera del armamento defendida por el exmilitar.
Al menos el 66,4 por ciento reconoció que armar a la población no aumentará la seguridad.
Las entidades, que basaron sus datos en una encuesta del Instituto Datafolha, valoran que las mujeres tienden a apoyar más la agenda de derechos sociales que los hombres.
Recientemente, Lula, candidato del PT, denunció que Brasil «camina hacia un salvajismo que nosotros hasta entonces no conocíamos».
Para el aspirante favorito para ganar el sufragio, prevalece un comportamiento sui generis, «con personas siendo inducidas a una violencia exacerbada, en un país cuyo gobernante actual (sin citar a Bolsonaro) tomó la decisión de facilitar el acceso a las armas».
Lula encabeza hasta la fecha todos los sondeos de opinión hacia la consulta, en la que ambiciona reelegirse el excapitán del Ejército.
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