La concertación fue fruto de arduas negociaciones entre las partes y sobre el telón de fondo de la huelga general decretada por la UGTT en junio pasado en abierto desafío al presidente Kais Saied.
El gobierno acogió con entusiasmo las negociaciones sobre el aumento salarial a pesar de la delicada situación económica y financiera con el fin común de consolidar la confianza con la UGTT, establecer la paz social y apoyar a los servidores públicos, declaró la presidenta del consejo ministerial tunecino, Najla Bouden.
Por su parte, el secretario general de la agrupación gremial, Noureddine Taboubi, afirmó que el propósito del acuerdo es “establecer la paz social y aliviar el tenso clima social generado por la difícil situación social y el deterioro del poder adquisitivo”.
Para el presidente Saied, recién investido de poderes inéditos para un mandatario tunecino por la aprobación de una nueva Constitución, el acuerdo es un éxito pues evita la colisión con la central sindical en momentos en los cuales gestiona con el Fondo Monetario Internacional un rescate de dos mil millones de dólares.
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