“Nuestro Modelo Económico Social Comunitario Productivo es soberano y sigue demostrando su éxito en la reducción de las desigualdades sociales y económicas en #Bolivia. Por ello, no aceptamos los planteamientos del #FMI, que irían en desmedro del pueblo, sobre todo la clase obrera”, escribió Arce en su cuenta de Twitter.
Pese a reconocer éxitos del Mescp durante el año en curso en un comunicado, el FMI sugirió eliminar el subsidio a los hidrocarburos y el bono salarial de fin de año (aguinaldo) porque incrementarían el déficit fiscal.
El directorio ejecutivo de esa institución promotora de las medidas neoliberales conocidas como “terapias de choque”, en la Consulta del Artículo IV de 2022 con Bolivia, publicado este miércoles, reconoció el buen desempeño de la economía del país altiplánico.
“Bolivia ha dado grandes pasos en la reducción de la pobreza. El PIB per cápita se ha más que triplicado desde 2005, mientras que los programas sociales y los salarios más altos han mejorado la distribución del ingreso”, admite el reporte.
Igualmente, destaca que de 2000 a 2021,la tasa de pobreza se redujo del 66,4 por ciento a los 36,3 puntos porcentuales, la pobreza extrema disminuyó del 45,3 por ciento hasta el 11,1 por ciento, la esperanza de vida aumentó de 62 a 72 años y la tasa de finalización de la escuela primaria pasó de 84 a 99 unidades sobre 100.
El FMI reconoce que “estos fueron logros importantes y duraderos”.
El informe también subraya que la recuperación de la economía tras la recesión provocada por la pandemia de Covid-19 “ha sido más rápida de lo esperado”.
Agrega que en 2020 el Estado Plurinacional tenía una contracción del 8,7 por ciento y que para 2021 registró un crecimiento de 6,1 puntos porcentuales, liderada por la minería, la construcción y la agricultura.
Asimismo, destaca en relación con la inflación interanual que, en junio de este año, llegó a 1,9 por ciento “respaldada por una sólida producción interna de alimentos”.
Sin embargo, el FMI recomienda la eliminación del “bono salarial de fin de año” para el sector público (aguinaldo) y, además, plantea hacer “un ajuste fiscal significativo” para restaurar la sostenibilidad de la deuda, con la eliminación del financiamiento monetario y reconstruir las reservas internacionales.
El país altiplánico mantiene desde noviembre de 2011 el tipo de cambio de 6,86 bolivianos para la compra y 6,96 para la venta por cada dólar.
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