La solemnidad que demandaba la ocasión se complementó con el entusiamo de los presentes en la embajada, que acogió el colegio electoral, y con la alegría de los niños encargados de cuidar la urna, todos con los símbolos patrios como testigos.
Desde bien temprano los inscritos acudieron al colegio, como suele ocurrir en Cuba en cada cita en las urnas.
El embajador de la isla Otto Vaillant consideró el referendo un proceso democrático por el bienestar del país y su futuro.
Por su parte, la embajadora cubana ante la Unesco, Yahima Esquivel, calificó el acto ejercido hoy de un voto por la familia, la patria y todos los derechos para todas las personas.
Los diplomáticos y funcionarios que cumplen misión oficial en el exterior fueron convocados este domingo a fijar postura en las urnas sobre un texto que pasó por varias versiones y quedó enriquecido por el aporte de una consulta popular.
El domingo 25 de septiembre corresponderá a los habitantes de la isla pronunciarse. El nuevo Código de las Familias representa una herramienta revolucionaria y moderna, concebida para dotar de más derechos a los seres humanos.
En ese sentido, protege todas las expresiones de la diversidad familiar y el derecho de cada persona a constituir una familia en coherencia con la Constitución de la República y sus principios de igualdad, no discriminación y dignidad humana.
Asimismo, fortalece la responsabilidad familiar desde el punto de vista emocional, educacional, formativo y económico en la atención a sus miembros; con el amor, el afecto, la solidaridad y la responsabilidad en lo más alto de los valores.
Según el ministro de Justicia Oscar Silvera, Cuba es el primer país en someter un Código de las Familias a consulta y a referendo populares, un proceso además inédito en la isla, que solo había realizado referendos constitucionales.
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