St Eloi también alentó a los manifestantes a pedir la renuncia del primer ministro Ariel Henry y de todos sus aliados y aseguró en un mensaje en Twitter que “si sube el combustible, moriremos”.
La capital de Haití experimentó una breve tregua tras cinco días consecutivos de movilizaciones que paralizaron las actividades comerciales, transportación colectiva, vuelos internacionales, servicios de embajadas y otros.
El sábado pudieron abrir algunos mercados, lo cual permitió a los ciudadanos abastecerse de alimentos e insumos esenciales. Sin embargo, al mediodía de este domingo comenzaron a reiniciarse los movimientos de protestas en Juvenat y Delmas.
El descontento popular se avivó esta semana luego que el Gobierno confirmó el incremento de hasta el 228 por ciento de la gasolina, el diésel y el queroseno y señaló que no es posible continuar con los subsidios.
“Los ingresos totales registrados en las aduanas no son suficientes para pagar la subvención de los productos petrolíferos”, y los precios son significativamente más bajos en Haití que en el mercado internacional, de acuerdo con el Ministerio de Comunicación.
El Gobierno aún no hizo efectiva la medida, aunque la ordenanza señalaba que entraba en vigor con su publicación, y por el momento mantiene el silencio sobre las jornadas violentas de movilizaciones que registraron saqueos de instituciones como el Programa Mundial de Alimentos, la organización Cáritas, la Empresa de Electricidad, bancos, mercados y otros negocios.
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