La caída del indicador marcó un récord desde 2000, incluso cuando la cifra incluye a los hijos de ciudadanos japoneses que viven en el exterior y extranjeros residentes en el país asiático, reseñó el medio.
Un informe sobre natalidad, publicado por la Oficina del Gabinete este año, señaló que la propagación del SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, influyó en la cantidad de matrimonios y embarazos, al aumentar las tensiones familiares, laborales y financieras entre la población de 20 a 30 años, más que en el resto de los grupos etarios.
Desde mediados de la década de 1990 las mujeres japonesas tienden a tener un único hijo durante toda su vida, cuando la tasa de fecundidad debería superar el 2,07 en aras de asegurar el reemplazo generacional.
Según los cálculos del gobierno, para 2050 la pérdida superará los 20 millones de habitantes y como resultado disminuirá la mano de obra del país.
Esta predicción vislumbra un panorama desfavorable donde se contraerá el Producto Interno Bruto y el Estado liberará buena parte de sus arcas en pensiones de jubilación, pues el 35 por ciento de los japoneses tendrá 65 años o más.
El último «baby boom» (ola de nacimientos) en Japón data de 1971 a 1974, cuando nacieron de manera estable más de dos millones de niños al año.
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