Ivette Mirabal, procedente del municipio Habana del Este, comentó a Prensa Latina que considera la nueva legislación un símbolo de inclusión, respeto y amor. Es un Código, afirmó, para el futuro de nuestros hijos, su bienestar, su felicidad plena.
En tanto, Leila Rodríguez, residente del municipio Cerro, opinó que la legislación es una manifestación de “respeto a nuestra libertad, a elegir cómo puedo formar mi familia, tenerla, vivirla, además, la norma significa ser parte de una sociedad que nos tiene en cuenta”.
Agregó que aunque a muchos no les toque de cerca alguno de los artículos, es necesario que exista un aparato legal que ampare a todos los cubanos en el ámbito familiar y socio afectivo.
Decir sí por el Código, declara Paul Torres, procedente de Boyeros, es abrazar una serie de conceptos que ponen en alza la dignidad humana y son muestra de una sociedad más justa y sana.
Dalia Teresa, del municipio Marianao, asevera que el próximo domingo dará un sí por Cuba, por un futuro dónde primen los afectos, por las familias cubanas, “porque la legislación es justa, empática y contemporánea y nos amparará a todos sin importar raza, credo u orientación sexual”.
De manera similar se pronunció Yanelín López, quien insistió que el nuevo Código de las Familias no busca imponer una forma determinada de vida a nadie, sino presenta múltiples opciones para que todas las familias estén representadas, reconoce los derechos de los adultos mayores y enfrenta la discriminación y la violencia familiar.
El referendo popular de la nueva legislación se llevará a cabo el domingo 25 de septiembre para lo cual los colegios electorales abrirán sus puertas desde las 07:00 hasta las 18:00, hora local.
De acuerdo con, la vicepresidenta de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, Yamila González, la norma tiene entre sus principios la búsqueda de la felicidad y desarrolla y amplía coherentemente los contenidos que en materia familiar se registran en la Constitución de la República aprobada en 2019.
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