Comercios, bancos, oficinas estatales reanudaron sus servicios, así como la transportación colectiva, tanto en la capital como en las ciudades provinciales.
En los mercados e instituciones bancarias se observaban largas filas ante el temor de que las movilizaciones se renueven en los próximos días si el Gobierno insiste en el ajuste al alza de hasta el 228 por ciento de la gasolina, el diésel y el queroseno.
La medida anunciada por el primer ministro, Ariel Henry, avivó el descontento popular cuando ya miles de ciudadanos se manifestaban contra la inflación, desabastecimiento de los carburantes y la devaluación de la moneda nacional.
Las protestas fueron intensas en Puerto Príncipe y ciudades como Gonaïves, Jacmel, Petit Goave, Les Cayes y Jeremie, donde se registraron saqueos de instituciones humanitarias, escolares, estatales y privadas.
Los manifestantes también reclamaron la renuncia de Henry y la instauración de un Gobierno transitorio, así como la disminución de los costos de los productos de primera necesidad cuyos precios se dispararon este año.
La crisis de Haití se agravó tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse, sin embargo, el país caribeño ya llevaba tres años de recesión económica antes del magnicidio, sin Parlamento ni sistema judicial funcional, y los grupos armados controlaban zonas densamente pobladas.
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