En declaraciones a la prensa tras ejercer su derecho al voto, el mandatario señaló que aunque no debe haber una votación unánime, sí espera un respaldo mayoritario de la ciudadanía. Reconoció que todavía una parte de la sociedad cubana no logra comprender algunos elementos contenidos en la normativa, pues en 62 años de Revolución persisten en algunas personas y familias criterios patriarcales.
El jefe de Estado dijo que el proceso de construcción del Código respetó el derecho de opinión de todos, pero lamentó que por razones de credo una parte de la ciudadanía no comprenda aún que la ley respeta el tipo de familia que ellos defienden y también protege los derechos de otras formas de amor.
Añadió que está en marcha además una estrategia de demonización de la Revolución cubana, de descrédito, que genera mucho odio hacia todo lo relacionado con ella, fundamentalmente en las redes sociales.
Al respecto agregó que quienes son parte de esta plataforma emplean un lenguaje muy agresivo contra el Código, pero nada de ello tiene que ver con convicciones u opiniones, pues si este dijera todo lo contrario igualmente lo criticarían, por tratarse de una norma jurídica dentro de la Revolución.
Díaz-Canel resaltó los beneficios del cuerpo legal, que da derechos y garantías a toda la sociedad con independencia de los tipos de organización familiar.
Destacó que el texto era una necesidad, pues la nación se ha vuelto más heterogénea y había deudas desde el punto de vista jurídico, evidentes en las historias de vida contadas en estos días, registradas en investigaciones y en situaciones ventiladas en tribunales.
La nueva ley resuelve esos asuntos, acotó el presidente, quien exaltó la participación popular y de expertos en el proceso de construcción de la norma y exhortó a leerla e interpretarla con el corazón, poniéndose en el lugar de los otros, de quienes han vivido situaciones complejas.
Creo que Cuba creció, enfatizó el mandatario y agregó que eso es lo más importante, el crecimiento como sociedad.
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