En declaraciones vía correo electrónico a Prensa Latina, los profesores de la Universidad de la Ciudad de Birmingham, Alex de Ruyter, Steven McCabe y Beverley Nielsen coincidieron en que el partido gobernante podría forzar la renuncia de Truss antes de Navidad, si los diputados tories ven peligrar sus curules en el Parlamento.
Como muestran las encuestas, la intención de voto por los Tories disminuyó desde el anuncio de la rebaja de impuestos que favorece a los ricos de forma desproporcionada, señaló de Ruyter.
El especialista apuntó que aún después de dar marcha atrás la víspera a esa polémica propuesta, Truss todavía tiene que buscar 43 mil millones de libras esterlinas (49 mil millones de dólares) para financiar la rebaja fiscal, y lo hará a través de una reducción del gasto público y de los beneficios sociales para las personas de menos ingresos.
McCabe cree, por su parte, que tanto la credibilidad de la primera ministra, quien reemplazó al dimitente Boris Johnson el 6 de septiembre pasado, como la del ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng, cayeron en picada tras la presentación del llamado minipresupuesto con el que el Ejecutivo pretende estimular el crecimiento económico en medio de la crisis del costo de la vida.
Los británicos siguen enfrentando problemas como el incremento del precio de los alimentos y de la energía, y la inflación, aunque podría no ser tan alta debido a la intervención del Gobierno, afectará el poder adquisitivo de manera inexorable, remarcó.
La profesora Nielsen opinó, a su vez, que Truss, quien tiene previsto clausurar este miércoles el congreso anual del Partido Conservador que tiene lugar en Birmingham, perdió la confianza de los diputados de su bancada, de los mercados y del público.
Quizás ese no sea su primer y último discurso, pero si sobrevive, y esa es una gran interrogante, será como una primera ministra “zombie” (muerto viviente), aseveró la economista, en alusión a que la gobernante no podrá volver a tomar una decisión sin informar antes al gabinete.
El histórico recorte fiscal propuesto por el Ejecutivo hizo tambalear los mercados financieros la semana pasada.
A la caída temporal de la libra esterlina a su nivel más bajo de los últimos 37 años se sumó una inusual advertencia del Fondo Monetario Internacional de que una medida de ese tipo podría aumentar la desigualdad social, por lo que el Banco de Inglaterra se vio obligado a anunciar que comprará los bonos del Estado para apuntar a la divisa británica.
Hasta el momento, Truss no confirmó que pretenda reducir el gasto público y el monto de los beneficios sociales que reciben las personas de más bajos ingresos para financiar su controvertido plan económico, como aseguran fuentes anónimas del Gobierno citadas por la prensa local.
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