Tal pedido afloró a raíz de los resultados en urnas de la primera vuelta, realizada el pasado domingo, que frustraron las predicciones de los sondeos de opinión y, en la evaluación de expertos, la cantidad de errores compromete la credibilidad de las firmas de pesquisas electivas.
Según el parlamentario del partido Podemos, el objetivo de la CPI será medir las causas de las discrepancias entre los resultados de las indagaciones y los de urnas, observadas el 2 de octubre.
En la solicitud, Do Val afirmó que, además de las variaciones entre los realizadores de las investigaciones, «se constata inaceptables desviaciones de balizamiento de preferencias y porcentajes de los diversos candidatos, incluso en evaluaciones de vísperas de los pleitos».
La demanda citó, además, los impactos de estas investigaciones en la formación del escenario político-electoral y en la decisión de voto por el elector.
Insistió en que «es urgente una investigación técnico-científica libre, profunda y completa de todos los elementos incidentes en esas investigaciones, con énfasis en los elementos sociológicos, matemáticos, demográficos y también político-partidistas involucrados».
En el referendo presidencial, por ejemplo, los institutos Datafolha y de Inteligencia en Pesquisa y Consultoría Estratégica (IPEC) daban menos del 40 por ciento de los votos para el mandatario de tendencia ultraderechista, Jair Bolsonaro.
Igualmente señalaron la posibilidad de que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva ganará sin la necesidad de segunda vuelta, pero ambos fallaron.
Contra todo pronóstico, Bolsonaro, quien ambiciona la reelección como candidato del Partido Liberal, tuvo 43,20 por ciento y Lula, aspirante del Partido de los Trabajadores, recibió 48,83 tras ser escrutada el 99,99 por ciento de las urnas.
El IPEC hizo siete encuestas de intención de voto al Palacio del Planalto (sede del Poder Ejecutivo).
Considerando los votos válidos, el exdirigente obrero osciló de 52 para 51 por ciento. Teniendo en cuenta el margen de error de dos puntos porcentuales establecido por el instituto, el IPEC se acercó al resultado divulgado por el Tribunal Superior Electoral.
Sin embargo, la empresa no llegó ni cerca del total de votos obtenidos por el actual gobernante. En sus siete estudios, el exmilitar comenzó y terminó con un 37 por ciento de los votos válidos.
Lula y Bolsonaro disputarán una segunda vuelta electiva el 30 de octubre al no lograr ninguno el domingo la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de válidos (excluidos blancos y nulos), como establece la legislación brasileña para ser electo.
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