A mediados del pasado siglo, autoridades del territorio dejaron que el investigador de la Universidad de Pensilvania, el doctor Albert Kligman, realizara estudios dermatológicos, bioquímicos y farmacéuticos a unos 300 reos expuestos a virus, hongos, asbesto y agentes químicos como la dioxina, componente del Agente Naranja.
Tras los experimentos, muchos de los ex reclusos tuvieron problemas de salud y marcas en la piel por el resto de su vida, apuntó el reporte de la cadena NBC News.
Incluso, abundó la fuente, un grupo de ellos presentó una demanda en 2000 contra la universidad y Kligman, que fue finalmente desestimada.
El alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, alegó que dichos abusos maltrataron a una población vulnerable y que el impacto de ese racismo médico se extendió por generaciones.
“Sin excusa, formal y oficialmente extendemos una sincera disculpa a quienes fueron objeto de este inhumano y horrible abuso. Lamentamos también que estas palabras hayan tardado demasiado”, escribió.
El perdón se suma a otro emitido por la Universidad de Pensilvania durante el pasado año, cuando eliminó el nombre de Kligman de algunos eventos honoríficos, como una serie de conferencias anuales, y una cátedra.
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