Según el sitio, la corte presentó el viernes la novedad para ayudar a los votantes a comprobar si la información que reciben sobre la justa comicial es verdadera o falsa.
En los casos en que la información aún no ha sido confirmada por las organizaciones de verificación asociadas del tribunal será remitida a un equipo de comprobadores.
Cuando se complete la comprobación, los usuarios serán notificados directamente por el llamado Chatbot en el teléfono móvil.
Al recibir una noticia o cualquier información, el elector puede consultar si es una información real o un rumor vía Chatbot.
Para ello, basta con acceder al menú «Consulta de Información» y enviar el tema (ya sea un texto, imagen, audio, video o enlace) para recibir los contenidos verificados.
De esta manera, cuando el votante recibe una noticia y verifica que se trata de fake news (noticias falsas), él puede denunciar por el Sistema de Alerta de Desinformación del TSE, que está en el aire desde junio de 2022.
Tal herramienta permite a los ciudadanos comunicar a la Justicia Electoral la recepción de noticias falsas sobre los comicios.
El 85 por ciento de los brasileños considera que la difusión de fake news tendría un impacto en las presidenciales, según una encuesta encargada por el diario Globo y divulgada en septiembre antes de la primera vuelta electiva del 2 de octubre.
La investigación elaborada por el instituto de Inteligencia en Pesquisa y Consultoría Estratégica reveló que quienes dicen que las noticias falsas no deben influenciar son 12 por ciento, mientras que los que no saben o no respondieron son tres.
Más jóvenes, con edades entre 16 y 24 años, son los que más estiman (91 por ciento) que las noticias falsas pueden tener algún impacto en la justa comicial.
La cifra cae a medida que el elector envejece, llegando al mínimo (75 por ciento) entre personas de 60 años o más.
El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, abanderado del Partido de los Trabajadores, ganó la primera ronda, con un 48,43 por ciento de los votos frente al mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro, quien ambiciona reelegirse por el Partido Liberal y alcanzó un 43,20.
Ninguno de los aspirantes al poder logró en ese primer turno la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de válidos (excluidos blancos y nulos), como establece el código brasileño para ser electo.
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