Lagarde emitió sus declaraciones en medio de un álgido debate acerca de cómo eliminar el exceso de liquidez en la “zona euro”, a la que pertenecen 19 de los 27 países de la Unión Europea, quienes utilizan al euro como moneda común.
El BCE subió en el último periodo la tasa de los depósitos bancarios a un 0,75 por ciento, al tiempo que prometió más alzas en sus tipos e inició disputas acerca de la reducción de sus tenencias de bonos, por valor de 3,3 billones (millones de millones) de euros.
Mientras, Lagarde validó el incremento de los tipos como el instrumento preferido del BCE en la actualidad, a pesar de que otras entidades financieras debaten cómo y cuándo dejar de reinvertir parte de los ingresos de la deuda que el banco central compró en 2015.
En tanto, otras autoridades monetarias como el jefe del Banco Central de los Países Bajos, Klaas Knot, apuntaron que el BCE necesita, al menos, dos subidas más de los tipos de hasta 75 puntos básicos.
Knot subrayó que esta medida restrictiva podría ser al límite antes de alcanzar el denominado nivel neutro, donde la política monetaria ni estimula ni frena la economía.
Ante la inflación que aqueja a la economía global otras instituciones financieras también pusieron en marcha fuertes incrementos a sus tasas, tal es el caso de la Reserva Federal de Estados Unidos con tres subidas de 75 puntos de sus tipos de forma consecutiva en el último periodo.
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