El presidente de la República, Laurentino Cortizo, posicionó el pasado lunes como nueva canciller a la hasta entonces ministra de Gobierno, Janaina Tewaney, de 38 años de edad.
Tewaney sustituyó a la exministra Erika Mouynes que ocupó la más alta responsabilidad diplomática desde diciembre de 2020.
La nueva jefa de la diplomacia istmeña es la tercera en ese cargo durante la administración de Cortizo (2019-2024), siendo precedida por Alejandro Ferrer, quien renunció al cargo en diciembre de 2020, cuando asumió Mouynes.
Un comunicado difundido por la Presidencia no precisa las causas de la salida de Mouynes, a quien «agradece los servicios prestados al país».
Por su parte, la excanciller envió una carta a Cortizo en la que señala que entregó la entidad “con la satisfacción de haber alcanzado las metas que se propuso y con la conciencia tranquila”.
También subraya que veló por los intereses de Panamá, “un país al que no renuncio y por el que seguiré trabajando, en pos del futuro más igualitario y justo que reclama la sociedad”.
Para reemplazar a Tewaney el jefe de Estado designó también en la semana al hasta entonces viceministro de Trabajo y Desarrollo Laboral, Roger Tejada.
La figura de Tejada fue más visible desde julio último al participar a nombre del Ejecutivo en una mesa única de diálogo con organizaciones sociales que se manifestaron contra el alto costo de la vida.
En los últimos siete días, también trascendió que la alianza Pueblo Unido por la Vida anunció nuevas acciones de presión ante las maniobras gubernamentales y de empresarios privados para dilatar la segunda fase de una mesa única de diálogo.
En un comunicado del colectivo, al que tuvo acceso Prensa Latina, se señala que las agrupaciones sociales que instalaron esas pláticas desde el pasado 21 de julio se quedaron esperando la víspera en la central provincia de Coclé por los funcionarios.
En esas conversaciones, que debieron retomarse esta semana con la Iglesia Católica como facilitadora, según el texto, ahora aparece una nota del arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa, en la que solicita reiniciar las negociaciones, el venidero 28 de octubre.
En el mensaje de la alianza, una de las protagonistas de manifestaciones y cierres viales que pusieron en vilo al istmo hace tres meses, se precisa que “cada día que se dilate solo contribuye a crear un ambiente de confrontación y reedición de los episodios como los vividos en el pasado mes de julio”.
Asimismo, indica que las agrupaciones sindicales y comunales que integran la alianza definirán nuevas acciones para continuar la lucha por los derechos del pueblo humilde y trabajador.
“Este pueblo no aguanta más. La postergación del inicio de esta segunda fase amenaza con que el que el mismo se diluya, como pretenden poderosos grupos políticos y económicos que permanentemente se oponen a un verdadero debate nacional y en momentos en que varios de los acuerdos son ignorados por el Gobierno y los empresarios”, remarca el comunicado.
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