Todo el dolor que está sufriendo el país es culpa de ellos, y todavía hay una persona aferrada al poder: la primera ministra, afirmó Starmer en un discurso pronunciado este sábado en una asamblea partidaria en Barnsley, centro de Inglaterra.
Según el líder opositor, el daño causado por el “mini presupuesto” con el cual Truss pretende estimular el crecimiento económico del Reino Unido y frenar la inflación, causó un daño ´sin precedente´ que ahora no puede arreglar.
No solo afectaron la economía británica, sino que siguen aferrados (al plan), a pesar de que hundieron la libra esterlina, casi hacen colapsar los fondos de pensiones y dispararon los precios de las hipotecas y las facturas de la gente, sentenció.
De acuerdo con Starmer, Truss, quien la víspera despidió al ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng, sabe que no puede seguir al frente del Gobierno, y los diputados conservadores están conscientes de que no tienen poder para defender promesas sin fundamento.
El controvertido plan fiscal presentado por Kwarteng el 23 de septiembre pasado incluye una histórica rebaja de impuestos, valorada en 45 mil millones de libras esterlinas (casi 50 mil millones de dólares).
La falta de detalles sobre la forma en que el Gobierno pretende financiar el histórico recorte fiscal y su multimillonario paquete de ayuda energética para el sector residencial y las empresas, desestabilizó el mercado financiero, debido al temor de que se dispare la deuda pública británica.
La desconfianza de los inversionistas derrumbó temporalmente el valor de la libra esterlina, y obligó al Banco de Inglaterra a comprar los bonos del Estado para apuntalar a la divisa británica.
Para apaciguar a sus críticos, entre los que se cuentan numerosos diputados conservadores, Truss destituyó ayer a
Kwarteng, quien apenas llevaba cinco semanas en el cargo, pero según analistas, la propia gobernante también tendría sus días contados.
Además de cambiar al titular de Hacienda, la primera ministra, que hace unos días dio marcha atrás a su impopular propuesta de reducir el tributo sobre la renta para los ricos, también dio ayer otro giro en U, y dijo que subirá el impuesto de sociedades, después que se pronunció por dejarlo en el 19 por ciento actual.
Aunque las elecciones generales están previstas para finales de 2024, la popularidad de los laboristas, que perdieron el poder 12 años atrás, subió en la misma medida en que aumentó el rechazo al plan fiscal de los conservadores.
Según los sondeos más recientes, el partido de Starmer tiene una ventaja de entre 25 y 33 puntos porcentuales en la intención de voto del electorado británico.
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