No basta desmentir los contenidos falsos que circulan en las redes, pero es necesario rebatirlos con «cosas positivas», afirmó el postulante presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) en una reunión virtual que tuvo con comunicadores de la coalición Brasil de la Esperanza, inédita alianza de 10 partidos de la cual forma parte.
«Nosotros dependemos mucho de ustedes. Cada compañero que trabaja la comunicación digital, cada compañera que trabaja con esa cosa del zap (acceso a cuentas en Internet). Tenemos que tener en cuenta que el zap es la gran arma que (Bolsonaro) utiliza para pasar sus mentiras», señaló el exdirigente obrero.
Recalcó que «resulta necesario que, al rebatir las mentiras, la gente pase mensajes de las cosas positivas que existen y van a existir en este país”.
Parte de las propuestas, precisó, del plan de gobierno. “Es necesario que la gente ponga en cada respuesta a una crítica, una propuesta, para que el pueblo sepa que nosotros sabemos qué hacer cuando ganemos las elecciones”, reiteró.
El pretendiente favorito para ganar la segunda vuelta de las elecciones del 30 de octubre indicó que enfrentan a «un ciudadano anormal (el exmilitar), que hace de la mentira su forma de hacer política».
Bolsonaro expresa que voy a cerrar las iglesias, pero ellos saben que fui yo quien creó la ley de Libertad Religiosa, que fui presidente ocho años y nunca cerré una iglesia, argumentó el extornero mecánico.
También a lo largo de la campaña electiva y constantes ataques de Bolsonaro sobre corrupción durante gobiernos petistas, Lula recuerda en cada momento que esas administraciones (2003-2016) fueron las que más implementaron medidas para combatir el flagelo en Brasil.
Menciona la creación del Portal de la Transparencia, por medio del cual era posible acompañar, en tiempo real, todas las actividades del Gobierno federal.
Además, cita la Ley de Acceso a la Información y la Ley de Anticorrupción, así como el fortalecimiento del papel de fiscalización de la Contraloría General de la Unión y de la Abogacía General de la Unión en el combate al flagelo.
El Tribunal Superior Electoral confirmó que Lula ganó la primera ronda de la consulta del 2 de octubre con un 48,4 por ciento de los votos frente al 43,2 de Bolsonaro, quien ambiciona reelegirse por el Partido Liberal.
Como ninguno de los dos políticos logró en ese primer turno la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de los válidos (excluidos blancos y nulos), como establece el código brasileño para ser electo, deberán disputar una segunda vuelta en urnas el último domingo del mes en curso.
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