De acuerdo con el decreto suscrito por el presidente de la República, Laurentino Cortizo, se mantendrá el precio de 3,25 dólares para el galpón (3,78 litros) para la gasolina de 91 y 95 octanos, así como el diésel bajo en azufre, con el objetivo de continuar con la dinamización de la economía del país.
Este subsidio representa un esfuerzo fiscal para el Estado en medio de las medidas de austeridad adoptadas como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania, señala la disposición.
De igual manera resalta el impulso adicional que otorga de esta manera para continuar con la reactivación económica de sectores claves como la agricultura, ganadería, industria manufacturera, pesca, construcción, comercio, industria y turismo, entre otros.
De no aplicarse este subsidio el galón de gasolina de 95 octanos costaría 4,12 dólares; el de 91 octanos se fijaría en 3,91 dólares; y el diésel en 4,25 dólares, según el informe del Ejecutivo.
El pasado 18 de julio el Gobierno congeló para todos los ciudadanos el precio de los carburantes (gasolina y diésel) en 3,25 dólares el galón, que considera el más bajo de Centroamérica.
La medida tuvo lugar en medio de protestas de organizaciones populares y sindicales, y en particular de transportistas, que paralizaron al país en rechazo al alto costo de la vida, y que también derivaron en una mesa única de diálogo para garantizar la paz social.
Los colectivos han criticado que los recursos para el subsidio salen de los mismos impuestos a los panameños y exigen que se apliquen márgenes de ganancias a las grandes empresas oligopólicas que controlan la distribución del combustible.
Según informaciones oficiales, el Ejecutivo destinaría unos 200 millones de dólares en subsidios para aliviar el impacto del auge de los precios del combustible en el mercado internacional.
Panamá es un país importador neto de combustible, de producto final refinado y listo para el consumo de sectores como el transporte terrestre, marítimo, industria de procesamiento y generación eléctrica.
La ausencia de yacimientos de petróleo apto para ser procesado, obliga al istmo a depender de los precios del mercado internacional. Otro aspecto que eleva los costos es la ausencia de refinerías, según analistas.
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