“Nos mantendremos firmes hasta el 28 de julio del 2026, les guste o no les guste, porque esa es la democracia”, dijo ante una concentración de licenciados de las fuerzas armadas que lo respaldan y a quienes recibió en el patio del frontis del Palacio de Gobierno.
“Si quieren llegar acá, participen en un escenario democrático, que el pueblo los ponga (elijan), no fuercen, no quiebren la institucionalidad, no quiebren la democracia, que por nuestra parte no la tendrán”, sentenció sobre los afanes opositores, alentados por una denuncia de presunta corrupción presentada al Parlamento contra Castillo por la fiscal de la Nación, Patricia Benavides.
Sobre la ofensiva judicial, política y mediática en su contra, sostuvo que “hay una intención macabra, de ir no solamente en contra de la familia, no les importa ni lo que hacen con tu madre, con tu hija, con tus menores hijos, con tus hermanos, los compañeros de lucha, pero acá estamos”.
Criticó duramente a los medios de prensa, en su gran mayoría opositores, a los que acusó de “mentirle al país coludidos con un grupo de poder que ha mancillado al pueblo peruano”. Entretanto, el presidente del Congreso, José Williams, un general retirado opositor, reveló que la semana pasada solicitó al Tribunal Constitucional que interprete los alcances del artículo 117 de la carta magna, que refuerza la inmunidad presidencial.
Ese artículo establece que un presidente en funciones solo puede ser acusado por traición a la patria, por disolver ilegalmente el Parlamento, por no convocar elecciones y por impedir el funcionamiento de los poderes legislativo y electoral.
La consulta de Williams apunta a adecuar el artículo para usarlo con el fin de despojar a Castillo de su inmunidad y suspenderlo para su juzgamiento, si la vacancia por permanente incapacidad moral, procedimiento sumario, no reúne los votos de dos tercios del total de congresistas, mayoría no alcanzada en dos intentos fracasados.
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