Agregó que se trata de “una receta que sienten no concluyó y por eso configuran una segunda etapa, no solo desde la oposición radical en Santa Cruz, sino también desde sus medios corporativos”.
Subrayó que esas organizaciones políticas fracasaron en su intento por romper la relación instalada entre las organizaciones sociales y populares con el gobierno elegido democráticamente por una amplia mayoría”.
Describió que el plan de esas fuerzas extremistas busca generar desde sus medios y redes corporativas una “escalada de indignación” colectiva contra el Gobierno, ahora con el argumento de que el Censo Nacional de Población y Vivienda en 2023 “es un derecho”, cuando en realidad se trata de una gestión técnica, que permitirá planificar el desarrollo nacional.
Una vez instalada la “indignación” en el imaginario colectivo -agregó-, intentan provocar una “prerruptura” del Estado Plurinacional y su modelo político, económico y social, sin importar el uso de la violencia con tal de paralizarlo e interrumpirlo.
Subrayó que el otro paso, en dependencia de los efectos del paro por tiempo indefinido, es convocar a la “desobediencia civil”, sin descartar el procedimiento aplicado en noviembre de 2019: la toma y ocupación violenta de las entidades públicas.
Richter recordó que los golpistas en noviembre de 2019 aplicaron una “receta” elaborada por las nuevas tendencias neofascistas, no solo de América Latina, a partir de estimular la “indignación” social contra el gobierno democrático de entonces.
Al ampliar, comentó que hicieron crecer el descontento sobre la base de los odios raciales, hasta llegar a la insubordinación de policías al mando civil y finalmente la actuación desequilibrante de las Fuerzas Armadas en el orden constitucional.
El portavoz advirtió que los movimientos populares no claudicarán ante quienes calificó de “depredadores de la democracia”, e insistió en que, con el pretexto del Censo 2023, buscan reinstalar en el poder a una “casta política” para transformar el poder estatal en un asunto privado, como en el pasado neoliberal.
Sin embargo, indicó que se construyó en Bolivia un “tejido social indestructible e invencible de las organizaciones sociales y sus matrices”, que ya no requieren de “intermediarios” para realizar gestión de desarrollo económico y social, porque la relación con el Gobierno es directa.
Alertó Richter que el retroceso al neoliberalismo significará abarrotar las cárceles con dirigentes y luchadores sociales del Estado Plurinacional, por su desacuerdo con la restauración de una sociedad de jerarquías y de castas.
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