De acuerdo con la entidad oficial, el aumento de la inflación a los niveles de julio obedeció al alza que experimentaron los precios de los alimentos y de los hoteles.
El director de estadísticas de la ONS, Darren Morgan, aclaró, no obstante, que la cifra no fue un aún mayor porque la gasolina, los pasajes de avión y los carros de segunda mano tuvieron un leve descenso, comparado con igual periodo del año pasado.
El nuevo ministro de Hacienda, Jeremy Hunt, admitió, por su parte, que los británicos tienen dificultades para lidiar con el alza constante del precio de los alimentos y de la factura energética, pero aseguró que el Gobierno priorizará la ayuda para las personas más vulnerables.
Hunt sustituyó a Kwasi Kwarteng el viernes pasado, en medio del caos financiero que generó el polémico plan económico anunciado por la primera ministra Liz Truss para estimular el crecimiento del país y frenar la inflación, que se ubica ahora en su nivel más alto de los últimos 40 años.
El flamante ministro enseguida revirtió la mayoría de las medidas fiscales del llamado mini presupuesto de Truss, y redujo de dos años a seis meses la ayuda energética para los hogares y el sector empresarial, lo que en opinión de los expertos, sumará entre dos y tres puntos porcentuales a la tasa de inflación en 2023.
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