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Al mismo tiempo, el Ejecutivo promueve la reducción del peso específico de los combustibles fósiles en la generación de electricidad, mediante el uso de las fuentes renovables, afirmó el secretario de Estado de Petróleo y Gas, José Barroso.
La participación de las llamadas fuentes limpias en la matriz energética nacional deberá pasar del actual 62 por ciento al 70 por ciento para 2025, expuso el funcionario, citado por el Jornal de Angola.
En el taller, promovido por la Agencia Nacional de Petróleo, Gas y Biocombustibles, Barroso opinó que el país está dando pasos importantes para la descarbonización de la industria petrolera. El sector trabaja en colaboración con Naciones Unidas y compañías privadas a fin de encontrar soluciones para el desarrollo continuo y rápido potencial petrolero, «cada vez más amigable con el medio ambiente» por la reducción de las emisiones de dióxido de carbono, argumentó el especialista.
Según recordó, el mundo necesita contener las expulsiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero, los cuales elevan la temperatura promedio global y aceleran el fenómeno del cambio climático.
Estimaciones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo sostienen que la necesidad energética mundial crecerá un 28 por ciento para 2045, y el petróleo y el gas representarán para entonces un 52 por ciento de la matriz energética global, señaló el experto.
Tales cálculos, comentó, responden a los pronósticos de crecimiento de la población en el planeta y de la economía en regiones como Asia, África y Oriente Medio, lo cual demuestra que los combustibles fósiles seguirán formando parte de las necesidades energéticas mundiales en las próximas décadas.
A semejanza de otras naciones, observó, Angola aún enfrenta grandes desafíos en cuanto al acceso a la energía eléctrica de su población, y debido al papel de los hidrocarburos como principal fuente de ingresos para el desarrollo económico y la sostenibilidad de las acciones de transición energética.
Por estadísticas oficiales, el índice nacional de electrificación asciende apenas a un 43 por ciento, aunque denota avances frente 2017, cuando solo 36 de cada 100 habitantes tenía conexión al servicio en sus hogares.
A juicio de Barroso, Angola deberá continuar la prospección y la extracción de hidrocarburos, pero con niveles de emisión de gases de efecto invernadero tan bajos que permitan la viabilidad técnica y económica de la rama.
Los ingresos resultantes, redondeó, servirían para financiar la introducción de fuentes de energía más limpias.
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