En el acto, la directora de relaciones económicas de la cancillería, Carla Ramírez, subrayó que el reconocimiento a la captura y producción responsable de derivados de estas especies, permite avanzar en políticas públicas sobre la pesca sostenible, respetuosa del medio ambiente, pero además generadora de empleo y mejor alimentación para la nación istmeña.
El galardón, una suerte de tarjeta verde que entregó la calificadora Marin Trust, lo recibieron las procesadoras industriales Promarina y Bayano, las cuales se comprometieron a fortalecer los protocolos en armonía con la naturaleza y la protección de los ecosistemas marinos y costeros, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 de Naciones Unidas.
Ramírez también enfatizó en la necesidad de seguir consolidando el enfrentamiento a la pesca ilegal no declarada y no reglamentada; y de esa manera poner fin a prácticas insostenibles.
La diplomática agregó que esta certificación es clave porque llega en momentos donde se realizan esfuerzos gubernamentales por salir de una tarjeta amarilla impuesta por la Unión Europea.
“Estamos demostrándole a la región y al mundo que hay una pesquería que ha decidido hacer un cambio importante en su modelo de negocio, volcado ahora hacia la sostenibilidad, en correspondencia con la legislación que promueve la protección del recurso marino y asegura su cumplimiento”, dijo a su turno el gerente general de Promarina, Tomás Villa.
Por su parte, el subadministador de la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP), Hamed Tuñón, exhortó a que otras actividades extractivas siguieran este ejemplo; y alertó sobre la importancia de preservar los recursos marinos y costeros, cuyos registros actualiza esa institución.
“El mar no es infinito”, señaló en alusión a la disminución de la pesca del camarón, otra de las actividades extractivas que ha disminuido en el país centroamericano debido a los excesos en su captura.
Otras autoridades de ARAP significaron que se consolidan mercados europeos, como Dinamarca y Alemania, con envíos panameños de aceite y harina de pescado, respectivamente.
Entre las funciones de la ARAP sobresale normar, promover y aplicar las medidas y los procesos técnicos y administrativos para el aprovechamiento racional, sostenible y responsable de los recursos acuáticos, a fin de proteger el patrimonio nacional y de coadyuvar en la protección del ambiente.
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