De acuerdo con el organismo, la inflación mantiene la tendencia alcista por decimotercer mes consecutivo y registró esta vez su mayor aumento interanual en los últimos 31 años, influenciado por la rápida caída del yen frente al dólar que infla los costes de importación.
Dentro de los recursos energéticos, sobresalen de manera particular el incremento en las facturas de electricidad (21,5 por ciento) y gas (19,4).
La cotización de los alimentos, que excluye las tarifas fluctuantes de los alimentos frescos, se disparó un 4,6 por ciento (el mayor repunte desde 1981), entre los cuales destacan aceite comestible (37,6), pan (14,6) y pollo frito (11,3), precisó el informe.
Asimismo, aumentó el precio de artículos duraderos del hogar como los aires acondicionados (14,4 por ciento), lavadoras (32,1) y otros electrodomésticos.
El ministro de Finanzas, Shunichi Suzuki, dijo en conferencia de prensa que se formularán medidas económicas integrales lo antes posible para proteger la vida de las personas y las actividades comerciales ante el aumento de los precios.
Durante el lapso de tiempo fiscalizado, el índice superó nuevamente el objetivo del dos por ciento considerado por el Banco de Japón (BOJ) como favorable con mira a la revitalización de la economía. Sin embargo, responde a causas externas y no a un aumento sostenible de los salarios y las ganancias de las empresas.
Consciente de los motivos de la inflación, el BOJ mantiene su relajación monetaria para no subordinar su política a emergencias temporales, como ha dejado claro en reiteradas ocasiones el gobernador de la instancia financiera, Haruhiko Kuroda.
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