Las autoridades nigerianas califican de terroristas al grupo armado Boko Haram, cuyo cuartel general radica en el estado nororiental de Borno.
El primer comunicado fue difundido por la sede diplomática estadounidense, seguido de una advertencia similar de la misión británica; ambas coinciden en advertir a sus súbditos que limiten sus movimientos, se abstengan de enviar sus hijos a las escuelas y redujeron sus servicios al público.
De su lado, el Departamento de Servicios del Estado nigeriano llamó a la calma y aseguró que está en curso la adopción de medidas para garantizar la seguridad de esta capital federal y otras partes del país, que no identifica.
La advertencia estadounidense afirma que los blancos del ataque serían los edificios públicos, templos, mercados, grandes centros comerciales, hoteles, bares, restaurantes, terminales de transporte y sedes de organizaciones internacionales, entre otras.
Esta es la segunda ocasión en los últimos dos meses que surge una advertencia sobre un ataque a gran escala aunque en esta ocasión es más detallado y asegura que “los terroristas acopian suficiente armamento para tomar esta capital”.
En septiembre pasado un informe de inteligencia aseguró que los mismos sospechosos planeaban atacar instalaciones militares, entre ellas la Escuela de Artillería del Ejército nigeriano, en la cual está el segundo arsenal en importancia de este país, el más poblado de África.
Boko Haram realiza atentados dinamiteros, ataca bases castrenses, secuestra funcionarios y civiles y propone establecer en Nigeria un califato bajo el nombre de Estado Islámico en la Provincia de África Occidental.
Asimismo además extiende sus acciones a Camerún, Chad y Níger cuyos ejércitos cooperan con Nigeria en sus ofensivas.
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