«Si soy elegido seré un presidente de un solo mandato. Los líderes se hacen trabajando, en su compromiso con la población», escribió el exdirigente obrero en la red social Twitter.
El portal G1 asegura que tal promesa no resulta nueva, pues desde el inicio de la campaña electiva, en agosto, Lula precisó que su desafío será mayor que en 2002 porque no pretende buscar un segundo mandato.
De ocurrir, sería su cuarto como presidente. Por sexta ocasión, el extornero mecánico se presenta a escrutinios, de las que salió vencedor en 2002 y 2006.
En tres votaciones anteriores (1998, 1994 y 1989) perdió ante Fernando Collor de Mello y Fernando Henrique Cardoso (en dos ocasiones).
Sin embargo, señala G1, a pesar de no ser nuevo, el gesto del exsindicalista es un mensaje para aliados cercanos y electores, como el candidato a vicepresidente en su fórmula, el exgobernador Geraldo Alckmin.
También, agrega el sitio, será un guiño para su más nueva aliada, la senadora Simone Tebet (Movimiento Democrático Brasileño), tercera colocada en la primera ronda de elección del 2 de octubre.
La página noticiosa insiste en que la señal de Lula abre espacio para el debate de un eventual sucesor fuera del campo del PT en 2026.
Una nueva de encuesta del Instituto de Pesquisas Sociales, Políticas y Económicas, y la Asociación Brasileña de Pesquisidores Electorales muestra la estabilidad en el escenario electivo en la última semana de campaña del líder petista y el mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro.
La Justicia Electoral confirmó que el expresidente ganó el primer referendo con un 48,43 por ciento de los votos, frente a Bolsonaro, quien ambiciona reelegirse por el Partido Liberal y alcanzó un 43,20.
Como ninguno de los aspirantes al poder logró en ese primer turno la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de válidos (excluidos blancos y nulos), como establece el código brasileño para ser electo, disputarán un segundo pleito el próximo domingo.
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