Por Osvaldo Cardosa
Corresponsal de Prensa Latina en Brasil
Así alerta un reciente documento dado a conocer por 16 entidades, entre ellas la Comisión Arns de Defensa de los Derechos Humanos, que apoya denuncias relacionadas con violaciones de garantías fundamentales en el gigante suramericano.
Entre otros grupos, el pliego tiene también como signatarios a la Asociación de Jueces para la Democracia, Conectas Derechos Humanos, Asociación Brasileña de Prensa y el Foro Brasileño de Seguridad Pública.
Los firmantes advierten en el texto que, al ganar espacio en la campaña electoral, «la desinformación dificulta el debate público sobre los temas más relevantes para el país». Reconoce asimismo que realizar un escrutinio en medio del intenso flujo de desinformación «ha impuesto un enorme desafío a la Justicia Electoral».
Estudiosos aseguran que esa voluminosa producción discursiva engañosa, principalmente en redes sociales, sigue la tendencia de picos de circulación de las URL (localizador para buscar contenido en la Web) en años electorales, pero se mantiene persistente en otros calendarios.
Destacan sobre los efectos perniciosos de la publicación de enunciados fraudulentos, el cuestionamiento de la legitimidad del proceso electoral, la salud de la democracia y la desconfianza en las autoridades.
A la vista, los enlaces más compartidos generalmente republican contenidos antiguos fácilmente accesibles en línea, gestos o vestimentas de postulantes, así como la difusión de fracciones incompletas de un audiovisual en el que el candidato expone una explícita idea, sin embargo, en el material completo revela lo contrario.
MUESTRAS DE FARSAS
Por ejemplo, el ministro Paulo de Tarso Sanseverino, del Tribunal Superior Electoral (TSE), determinó el 24 de octubre la eliminación de una noticia falsa publicada de forma coordinada por el senador Flávio Bolsonaro, la diputada Carla Zambelli y el concejal Nikolas Ferreira, además de otros adeptos del mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro, aspirante a la reelección por el Partido Liberal.
La noticia falsa fue publicada en la red social Twitter y afirmaba que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, candidato del Partido de los Trabajadores, usó una gorra con la sigla CPX que significaría cupincha (cómplice), o aliado de una facción criminal.
De hecho, el acrónimo es solo una abreviación referida al Complexo do Alemão, comunidad de Río de Janeiro, visitada por el exsindicalista durante la campaña. Agencias de control demostraron que el término CPX en la gorra es utilizado por los residentes y organismos oficiales para referirse a esa comunidad.
«Es forzoso reconocer que la propagación de esos contenidos, sin ningún respaldo probatorio, tiene el potencial de interferir negativamente en la voluntad del elector», escribió el magistrado del TSE.
Otro ejemplo resultó un video muy compartido por bolsonaristas (partidarios del exmilitar) en el que Lula manifiesta que es «preciso mentir, los políticos tienen que mentir».
No obstante, en el enunciado completo durante su entrevista con Flow, emisión radial por Internet, el líder petista cuelga esos vocablos al exparacaidista, a quien califica de mentiroso compulsivo, segundos más tarde.
En el arcoíris de mentiras, la campaña de Bolsonaro distorsiona con imágenes, realidades de otros países de la región bajo gobiernos progresistas y alerta que si votan por el extornero mecánico, así terminará Brasil.
Llamó la atención cómo hubo manipulación de audiovisuales acerca de agricultores atacados en Argentina «por la población hambrienta», cuando en realidad eran de desvalijamientos grabados en Colombia, en abril de 2021, durante protestas contra el gobierno de Iván Duque.
Recientemente, los abogados de la campaña de Lula obtuvieron 72 victorias en el TSE, en especial el derribo de 50 noticias falsas que conducen a la desinformación.
Según la revista Veja, las fake news (noticias falsas) fueron publicadas por diversos perfiles en las redes sociales.
De acuerdo con los representantes del exgobernante, los congresistas y otros partidarios bolsonaristas constituyen el llamado Ecosistema de Desinformación, denunciado por los juristas a través de una acción de investigación.
APLACAR EL AZOTE
Para frenar el flagelo, la Corte Suprema votó el 25 de octubre contra el recurso de la Fiscalía General que pidió suspender extractos de la nueva resolución de la Justicia Electoral sobre desinformación y noticias falsas en elecciones.
La mayoría de los ministros del Supremo Tribunal Federal (STF) estuvo de acuerdo en mantener la decisión del juez Edson Fachin, quien rechazó la solicitud del Ministerio Público para suspender partes de la disposición del TSE que busca agilizar la retirada de contenido con desinformación de las redes sociales en el período electoral.
Esa resolución fue aprobada por unanimidad en la sesión del tribunal del 20 de octubre. Entre otros puntos, prevé que el juzgado puede determinar que las redes sociales y las campañas retiren del aire, en hasta dos horas, enlaces con «noticias falsas».
Fachin, del STF, rechazó anteriormente la primera solicitud del Procurador General de la República, Augusto Aras, que ve riesgo de censura en parte de la medida.
Aras apeló la determinación del juez y reiteró el entendimiento de que el nuevo fallo promueve «censura previa».
La orden de la corte electiva amplía su poder policial para, por ejemplo, derribar contenidos en sitios digitales y perfiles en redes sociales que repliquen contenidos ya juzgados falsos por la Justicia Electoral.
El presidente del TSE, Alexandre de Moraes, reveló que las denuncias sobre informaciones falsas recibidas por las principales plataformas aumentaron mil 600 por ciento rumbo a la segunda vuelta.
La Fiscalía General alega que los poderes previstos en la norma son ineficaces para controlar la diseminación de informaciones falsas en internet, al tiempo que representarían «innegable limitación de la libertad de expresión», violando la Constitución.
Al respecto, Fachin afirmó que la libertad de expresión no puede ser utilizada para, por ejemplo, atacar la propia democracia.
«La libertad de expresión no puede ser ejercida a partir de mentiras y realidad no compartible, pues así se constituye en óbice al derecho colectivo e individual de terceros a la información verdadera», escribió el magistrado.
El portal lula.com.br indica que la Verdad en la Red integra la campaña del expresidente y actúa incansablemente en la lucha contra las mentiras, amenazas y discursos de odio producidos por la campaña de Bolsonaro.
«Adicto a mentir, ofender y desinformar, el actual presidente nunca desarticuló su máquina de difundir noticias falsas y favorecer narrativas sesgadas de la realidad. Lo hizo infringiendo leyes, usando la máquina pública y abusando del poder económico. Diariamente, volcado (y sigue volcando) en el debate público calumnias, ataques y ofensas atacando el honor y el legado de Lula», denuncia el sitio.
Revela que, de marzo a la fecha, la Verdad en la Red recibió 22 mil 451 denuncias, registró mil 28 desmentidos de fake news publicados por agencias de verificación y publicó 718 contenidos propios.
Lula ganó la primera vuelta de plebiscito del 2 de octubre, con un 48,43 por ciento de los votos, frente a Bolsonaro que alcanzó un 43,20.
Como ninguno de los demandantes al poder logró en ese primer turno la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de válidos (excluidos blancos y nulos), como establece el código brasileño para ser electo, disputarán un segundo pleito en las urnas el próximo domingo.
arb/ocs