Según las proyecciones de ese organismo financiero, un crecimiento global más lento y las continuas restricciones por la Covid-19 en Asia podrían impulsar los precios hacia abajo.
No obstante, los valores de la energía permanecerán un 75 por ciento por encima del promedio de los últimos cinco años.
Para el crudo Brent del Mar del Norte, referente en los mercados europeos, el BM prevé un precio de 92 dólares por barril en 2023, que continuará cayendo hasta 80 dólares en 2024, pero aún por encima del promedio de cinco años de 60 dólares.
Mientras, los precios del gas natural y del carbón disminuirán en 2023 desde los máximos históricos de este año, pero se espera que sigan duplicando su promedio de los últimos cinco años en 2024.
En el caso de Europa, los precios del gas natural podrían ser casi cuatro veces superiores, según el informe.
Por otra parte, las exportaciones de petróleo de Rusia podrían reducirse hasta en dos millones de barriles por día debido a las sanciones impuestas desde la Unión Europea.
En otros temas, la entidad comentó que la combinación de los elevados precios de las materias primas y la persistente depreciación de las divisas se traduce en una mayor inflación en muchos países.
El fortalecimiento del dólar y la disminución del valor de otras monedas provocaron un incremento en los precios de los alimentos y el combustible, lo que podría agravar la inseguridad alimentaria que ya afecta a 200 millones de personas en todo el mundo, detalló.
Casi el 60 por ciento de los mercados emergentes y las economías en desarrollo sufrieron el incremento de los precios del crudo, y cerca del 90 por ciento experimentó también un aumento mayor de los precios del trigo en moneda local, precisó el texto.
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