La cifra de personas que se vieron obligadas a abandonar sus hogares se triplicó en los últimos cinco meses como consecuencia de los chantajes, secuestros, asesinatos y actos delictivos de los grupos criminales.
Estos delitos se amplifican en un contexto caracterizado por profundas desigualdades, altos niveles de privación de las necesidades humanas básicas y un entorno de seguridad fragmentado, señaló la OIM.
Asimismo, los barrios con niveles más altos de violencia son regularmente aquellos donde se reportan mayores problemas económicos, por lo cual los incrementos en los precios de la canasta básica y el combustible desestabilizan los precarios medios de vida.
Ulrika Richardson, coordinadora residente de la Organización de Naciones Unidas en Haití, lamentó que miles de mujeres, niños y hombres se vieron obligados a abandonar sus hogares en busca de refugio lejos de la violencia y la destrucción.
El informe destacó que una quinta parte de los barrios de la capital fueron afectados por la violencia generalizada a partir de julio último.
El incremento de la violencia tiene lugar en momentos en que Haití experimenta un rebrote del cólera, que ya se extendió a ocho de los 10 departamentos y provocó la muerte de al menos 52 personas, de acuerdo con datos de las autoridades sanitarias.
Muchos enfermos no pueden acceder a los hospitales en un contexto inseguro, mientras que los centros de salud se vieron obligados a reducir sus servicios o cerrar por la escasez de combustible agravada por las pandillas.
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