«Ayer hablé con docenas de jefes de Estado. Todos quieren ampliar las alianzas y trabajo conjunto con Brasil en el comercio, en la cuestión del clima y en los grandes temas globales. Estamos volviendo al mundo», escribió Lula en la red social Twitter.
En la primera ronda de sufragio del 2 de octubre, el aspirante al poder por el Partido de los Trabajadores ganó con 48,43 por ciento de los votos válidos, mientras que el mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro, quien codiciaba reelegirse por el Partido Liberal, tuvo 43,20 por ciento.
Como ninguno de los políticos logró en ese pleito la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de válidos (excluidos blancos y nulos), como establece la legislación para ser electo, disputaron el balotaje.
De manera muy cerrada, el hijo de la clase obrera volvió a triunfar en el segundo turno del domingo con un 50,90 por ciento frente al 49,10 del exmilitar.
Tras ser elegido, el exsindicalista recibió felicitaciones de varios jefes de Estado, como Joe Biden (Estados Unidos), Emmanuel Macron (Francia), Gabriel Boric (Chile), Luis Alberto Lacalle Pou (Uruguay), Andrés Manuel López Obrador (México) y Miguel Díaz-Canel (Cuba).
De igual manera fue congratulado por gobernantes como Justin Trudeau (Canadá), Narendra Modi (India), Xi Jinping (China), Pedro Sánchez (España), Marcelo Rebelo de Sousa (Portugal), entre otros.
Además de las felicitaciones, Lula recibió la indicación de que Noruega reanudará la ayuda financiera contra la deforestación de la Amazonia, congelada durante la gestión de Bolsonaro, quien guarda silencio tras su fracaso electivo.
El excapitán del Ejército sigue sin admitir el resultado ni tampoco ha llamado, como se acostumbra, al jefe de Estado electo.
Asociaciones policiales afirmaron este martes que el mutismo del exparacaidista sobre su derrota dificulta la pacificación del país y contribuye a estimular los bloqueos de camioneros en carreteras del país.
La Federación Nacional de la Policía Federal de Carretera y sindicatos afines a esa fuerza defienden en un comunicado el respeto al resultado de las elecciones que dio la victoria a Lula.
Insisten en que la postura de Bolsonaro, «en mantener el silencio y no reconocer el resultado de las urnas acaba dificultando la pacificación del país, estimulando a una parte de sus seguidores a adoptar acciones de bloqueos en las carreteras brasileñas».
Según un balance divulgado por la Policía Federal de Carreteras, hay bloqueos en 227 autopistas.
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