Expusieron tal compleja situación mediante un informe conjunto difundido en esta capital la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Las instituciones del organismo mundial coincidieron, asimismo, en que la inseguridad alimentaria se agudizará en el territorio nacional durante la temporada de abril a julio de 2023, período en que se estima 1,4 millones de niños desnutridos.
Refirieron, por otro lado, que el hambre y la malnutrición aumentan en zonas locales, afectadas por las inundaciones, sequías y diversos conflictos internos.
Para mitigar la situación de vulnerabilidad en que se encuentran las personas se debe mantener por los contribuyentes la asistencia humanitaria y también las medidas de adaptación al cambio climático, apuntaron en el documento.
Tras señalar que las áreas centrales de Sudan del Sur son las más afectadas por las inundaciones cada año, el representante de la FAO en este país, Meshack Malo, manifestó recientemente que ante el déficit de alimentos, como cereales, se deben realizar inversiones en los campos para incrementar las producciones agrícolas.
Este territorio del centro de África padece una acentuada crisis económica y experimenta los embates de la violencia en las comunidades, incluidas varias en el norteño estado de Alto Nilo, donde miles de civiles resultaron desplazados.
Sudán del Sur, por otro lado, aún no se recuperó de las secuelas de la guerra civil (2013-2018), en que murieron más de 350 mil personas, de acuerdo con organismos humanitarios.
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