Al cabo de 10 días de diálogo en Pretoria, las delegaciones del gobierno y el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) convinieron iniciar el desarme de la organización y emprender el camino para el desenlace pacífico de la conflagración.
El documento firmado en Sudáfrica es monumental para hacer avanzar al país en el camino de las reformas que emprendimos hace ya cuatro años y medio, dijo Ahmed después del pacto alcanzado para finiquitar la guerra iniciada dos años atrás.
Nuestro compromiso con la paz se mantiene firme. Y nuestro compromiso de colaborar para la implementación del acuerdo es igualmente fuerte, agregó.
Asimismo, “en nombre del pueblo y Gobierno”, agradeció a la Comisión de la Unión Africana (UA), especialmente a su presidente, Moussa Faki Mahamat, por liderar una gestión mediadora desde el principio de aplicar soluciones africanas a los problemas en África. También reconoció los esfuerzos pacificadores del exjefe de estado nigeriano, Olusegun Obasanjo, Alto Representante de la UA para el Cuerno Africano, y del otrora presidente keniano, Uhuru Kenyatta, y Phumuzile Mlalmbo, quien fue vicepresidenta sudafricana.
A mi querido hermano, su excelencia Cyril Ramaphosa, presidente de la República de Sudáfrica, y a la hermana nación, Etiopía le agradece por acoger estas conversaciones hasta su conclusión exitosa, subrayó en un mensaje emitido en varios medios de difusión.
Del mismo modo, elogió a “los amigos del país que asumieron un papel activo en el apoyo a la conclusión del acuerdo” y los exhortó a respaldar la reconstrucción de las áreas afectadas y los esfuerzos para desarrollar la nación.
Por último, pero no menos importante, comparto humildemente mi más profundo agradecimiento a los miembros de las Fuerzas de Defensa Nacional y al valiente pueblo de esta nación que superó un período de prueba, manifestó.
Desde el ascenso al poder de Ahmed, en abril de 2018, hubo una escalada de hostilidades políticas entre el gobierno y el TPLF (siglas en inglés), que tuvo un estallido abrupto a finales de 2020.
La noche del 3 de noviembre de ese año, el TPLF atacó un comando del ejército en Tigray y el primer ministro ordenó iniciar la mañana siguiente una operación militar para restablecer el orden constitucional.
Comenzó entonces una guerra cuyos destrozos son millonarios y sin atisbos de que pudiera resolverse pacíficamente. Esto, hasta el 24 de octubre último, cuando las partes entablaron una negociación bajo el liderazgo de la UA.
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