Señaló que ese peligro para la eurozona se incrementa a pesar de que los datos del tercer trimestre superen las expectativas.
Ello ocurre aunque la contracción estimada de la actividad no parece suficiente como para devolver la inflación a niveles en línea con el mandato del BCE, obligado a subir más los tipos para impedir que la elevada inflación se arraigue, según advertencia de la propia Lagarde.
Dijo la ejecutiva que pese a los datos recientes del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) sorprendieron al alza, aumentó el riesgo de recesión.
La presidenta del BCE insistió en no esperar que la desaceleración del crecimiento afecte significativamente a la inflación, al menos a corto plazo, señalando que, el endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos, si bien tiende a reducir la inflación de la zona del euro a medio plazo, en el corto la impulsa.
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