La mencionada demarcación nipona es la primera del país en producción de huevos, con ingresos relacionados de aproximadamente 45 mil 200 millones de yenes (306 millones de dólares) en 2000, reseñó la cadena de noticias NHK.
La eliminación de las aves como medida preventiva implica pérdidas económicas cuantiosas para los granjeros.
En medio de los temores, las autoridades japonesas subrayan que no existen antecedentes de afectaciones en humanos por consumir huevos o carne infectada con la influenza de tipo H5, por lo cual piden la tranquilidad de distribuidores y consumidores.
La propagación del virus altamente patógeno inició a finales de octubre pasado en granjas avícolas de Okayama y Hokkaido.
Lo gobernadores de ambos territorios elevaron sus preocupaciones al Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca, mientras implementaban medidas de cuarentena alrededor de las instalaciones perjudicadas, así como el sacrificio de animales.
mem/lcp