Al respecto, el Ministerio de Defensa divulgó este miércoles un documento, de 63 páginas, y en su prólogo, el ministro Paulo Sérgio Nogueira de Oliveira no menciona alguna anomalía, pero aclara que el sistema electrónico de votación «no está exento de la influencia de un eventual código malicioso que pueda alterar su funcionamiento».
Recomienda que la Justicia Electoral adopte medidas para facilitar el examen de las urnas, que se usan en el gigante suramericano desde 1996. Apunta que no investigó delitos electivos.
«Señalo que el trabajo se limitó a la fiscalización del sistema electrónico de votación, no comprendiendo otras actividades, como, por ejemplo, la manifestación acerca de eventuales indicios de crímenes electorales», reza el contenido.
Ante el texto de los militares, el Tribunal Superior Electoral (TSE) responde que lo recibió con satisfacción, al no señalar «la existencia de ningún fraude o inconsistencia en las urnas electrónicas».
Para la corte, «las urnas electrónicas son motivo de orgullo nacional y las elecciones de 2022 comprueban la eficacia, la rectitud y la total transparencia del recuento de los votos».
Luego de la celebración de la primera ronda de votación del 2 de octubre, el presidente del TSE, Alexandre de Moraes, solicitó a Defensa el informe sobre la conclusión de la auditoría, pero, de vez en cuando, el ministerio indicó que solo entregaría después del segundo turno de referendo (30 de octubre), en un plazo de hasta 30 días.
Al solicitar manifiesto de la Defensa, De Moraes argumentó que la realización de auditoría por las Fuerzas Armadas, mediante entrega de informe al candidato a la reelección, «parecen demostrar la intención de satisfacer la voluntad electiva manifestada por el jefe del Ejecutivo (Bolsonaro), pudiendo caracterizar, en tesis, desviación de propósito y abuso de poder».
El timonel del TSE atendió un pedido de la organización política Red de Sustentabilidad, la cual argumentó que existían evidentes ataques al proceso electivo por parte de Bolsonaro.
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