De acuerdo con estimaciones preliminares de la cadena de noticias CNN, la batalla por la Cámara Alta marcha casi pareja con los conservadores reteniendo 49 escaños y los demócratas, 48.
Hasta el momento, y casi de manera idéntica a la jornada de ayer, el senador demócrata Mark Kelly supera con 51,4 por ciento al retador republicano Blake Masters, con el 46,4 ahora, tras el 76 por ciento de los votos contados en Arizona, según el medio.
La contienda en Nevada tampoco exhibe grandes cambios en relación con el día anterior.
Allí, el candidato conservador Adam Laxalt cuenta con una ventaja de 49, 4 por ciento, frente al 47,6 que ahora exhibe la titular Catherine Cortez Masto, con el 84 por ciento de las boletas contadas.
Pendiente igualmente está el voto de Georgia, donde los electores deberán volver a las urnas el próximo 6 de diciembre tras un pleito que quedó irresuelto entre el titular liberal Raphael Warnock, con 49,2 por ciento, frente al conservador Herschel Walker (48,7).
De acuerdo de las leyes del estado, allí solo se considera vencedor quien gane la mayoría absoluta, o sea, el candidato que supere el 50 por ciento de los votos.
Un análisis del sitio Fivethirtyeigth, estimó que, si bien los simpatizantes del Partido Republicano optarían por permanecer al margen u ofrecer solo un apoyo moderado a su candidato debido a los escándalos que rodearon su campaña, dejarían de lado sus dudas si del conservador depende la victoria en el Senado.
Por otro lado, si el control de la Cámara Alta parece inclinarse hacia los identificados con el color rojo, Warnock podría tener una ventaja ya que sus partidarios están más entusiasmados con apoyarlo que los de Walker al suyo, según una encuesta de octubre de la cadena de noticias Fox News.
El demócrata también se beneficiaría de la misma afluencia de nuevos votantes afroamericanos en el estado que lo ayudó antes, suponiendo que también se presenten a las urnas este año, estimó Fivethirtyeigth.
Previo al día de las elecciones, los demócratas y los republicanos poseían cada uno 50 curules en el Senado, pero los primeros tenían el poder a través del voto de desempate de la vicepresidenta, Kamala Harris.
Tal y como está el panorama, solo para mantener la exigua minoría que ya dominaban, los demócratas precisan ganar dos de los tres estados aun pendientes de definición, idéntica cantidad que precisan los republicanos para lograr una supremacía mínima.
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