De acuerdo con el informe de esa institución, de enero a septiembre los gastos superaron en esa magnitud a los ingresos recaudados.
El déficit se redujo en 499.5 millones de dólares o 12.4 por ciento en relación con el mismo periodo de 2021, cuando el desbalance entre ingresos y gastos fue de cuatro mil 26.7 millones de dólares, según el MEF.
La rebaja del déficit se produce principalmente por el aumento de los ingresos, que pasaron de siete mil 677.1 millones de dólares en septiembre del pasado año a ocho mil 205.6 millones en el mismo periodo de este año, registrando un aumento de 528.5 millones o 6.9 por ciento.
El MEF destacó el crecimiento de los ingresos del gobierno central debido a mayores recaudaciones tributarias impulsadas por el aumento de la actividad económica al levantarse restricciones por la Covid-19.
A pesar del mejor desempeño de los ingresos, los gastos los superan y el balance sigue siendo, por lo tanto, ampliamente deficitario.
Los gastos totales se mantuvieron en un nivel similar al ejercicio anterior, alcanzando los 11 mil 732.8 millones de dólares, es decir, 29 millones de dólares o 0.2 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior.
El principal componente del gasto público es el corriente, es decir, el destinado a cubrir las operaciones del aparato estatal y los intereses de la deuda publica.
Dentro del gobierno central, la principal partida del gasto corriente fue para cubrir los servicios personales o plantilla, gasto que totalizó dos mil 914.9 millones de dólares y es severamente criticado por organizaciones sociales.
También sobresalen entre los principales gastos de capital proyectos ejecutados por el Metro de Panamá y los ministerios de Obras Públicas, Educación y Salud, así como los pagos del programa Panamá Solidario, ayudas económicas a familias afectadas por la crisis económica derivada de la pandemia.
Economistas alertaron por su parte que el Gobierno debe reducir este año el déficit fiscal para cumplir con los lineamientos de la Ley de Responsabilidad Social Fiscal.
Entre los principales retos señalan la crisis del programa de pensiones de la Caja de Seguro Social (CSS), cuyas reservas se agotarán en 2023 y 2024 si no se toma ninguna medida al respecto.
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