“Podrán verlo los espectadores de todo el mundo porque también se transmitirá en Internet en la variante digital de ese medio de comunicación”, confirmó a Prensa Latina el director, Walter Uliano Pistelli.
Explicó el realizador que la obra está compuesta por dos largometrajes de 80 minutos cada uno, el primero bajo el título de Hijos de la Revolución y e segundo con el de Ser revolucionario”, afirmó en entrevista exclusiva a esta agencia de noticias.
Descendiente de un partisano comunista que luchó contra el fascismo de Mussolini en la Segunda Guerra Mundial, el realizador reiteró que la primera parte se estrenará este sábado y una semana después, a la misma hora, esa red comunicacional transmitirá la segunda.
“El desarrollo del filme en la primera parte tiene un punto de vista más relacionado con el aspecto humano, familiar, a base de entrevistas a los hijos de los guerrilleros que murieron en Bolivia luchando junto al Che”, explicó Pisteli.
Comentó que ellos vivieron y crecieron sin la presencia de la figura paterna, factor que puede significar un trauma sobre el que reflexionan con mucha ternura y humanismo.
“Esta primera parte se complementa con el punto de vista de sobrevivientes como Harry Villegas (Pombo) y Leonardo Tamayo (Urbano) -agregó el director-, así como los diarios de los guerrilleros, entre ellos el del propio Pombo y el de Alberto Fernández Montes de Oca (Pacho), caído en combate junto al Che.
“Hablan mucho en esos documentos íntimos acerca de la añoranza por sus niños, lo cual aporta mucho humanismo a la historia”, acotó el cineasta.
Agregó Pistelli que esta estructura crea una relación entre lo que narran los hijos y lo que lee una voz en off, mientras se ven imágenes de los acontecimientos ocurridos en 1967 en Bolivia, más los relatos de quienes lograron salir con vida de esa epopeya.
Mientras la primera parte está enfocada en esta problemática, en Ser revolucionario el énfasis está en lo que ocurrió en los últimos días en la Quebrada del Churo.
“Resulta conmovedora la tristeza por la caída del comandante Che Guevara y la odisea en la salida del lugar con tres cercos de miles de soldados en que se vieron los seis que quedaron inicialmente y después cuando solo sobrevivieron cinco”, refirió Pistelli acerca de todas las entrevistas originales e inéditas hasta el presente.
Al respecto agradeció el apoyo del Canal Educativo de la Televisión Cubana y del proyecto Imagen Propia de Bolivia, participantes en la producción junto PLP, de Italia.
Reconoció el cineasta también el apoyo en el país altiplánico de la videoteca Barbarroja, dirigida por Jorge Barrón, en la organización del estreno de esta obra cuya realización demoró 10 años y fue concluida en 2018.
Según el ingeniero electrónico, posteriormente egresado de cine en 2003 y profesor de edición en Bolonia, el final de la película es una indagación de qué significa ser revolucionario en el sentido ético y actual desde una perspectiva guevarista.
Al respecto Pistelli elogió los testimonios de Orlando Borrego, estrecho colaborador y viceministro de Industrias del Che (1962-1965) y de Ulises Estrada, agente de la Inteligencia cubana, entrenador y compañero de la guerrillera Tania (Tamara Bunke), quien también organizó la logística para la campaña del Che en el Congo.
“Para mí existe mucha relación entre estas partes, porque por ejemplo, Albertico, el hijo de Pacho, como médico siguió la senda de su padre, y ha contribuido en misiones internacionalistas como muchos profesionales de la salud cubanos”, concluyó el creador de esta ópera prima.
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