Por Mario Hubert Garrido
Corresponsal jefe en Panamá
La oficial que atiende la esfera agrícola en la representación de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Mesoamérica, Raixa Llauger, precisó que el proyecto se desarrolla en los últimos tres años en estos territorios.
Llauger indicó que el llamado Sistema de Captación y Aprovechamiento de Agua de Lluvia (Scall) fue un esfuerzo conjunto que incluyó el decisivo aporte de instituciones como el Ministerio de Educación, con el apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo.
Acerca del impacto de esta iniciativa, la experta comentó que luego de tres años de implementación, se cuenta con 15 sistemas de aprovechamiento de agua de lluvia, con el cual se benefician cuatro mil 925 estudiantes, con acceso al vital líquido puro y seguro, de manera sostenible.
Este sistema, agregó, tiene una vida útil entre 10 y 15 años, con una inversión promedio de 45 mil dólares cada uno.
PILARES DE DIETA SALUDABE
Sobre la importancia del agua para la alimentación y el acceso equitativo a ese recurso, la funcionaria explicó que FAO insiste siempre que el agua y los alimentos son pilares fundamentales de una dieta saludable.
También recordó que la prevención y el control de la pandemia de la Covid-19, con enfoque prioritario en higiene de manos, depende en gran medida de la reducción de las brechas de estos servicios.
En ese sentido, según señaló a Prensa Latina, en línea con el Plan Nacional de Seguridad Hídrica, las instancias panameñas recomendaron incrementar e integrar los esfuerzos hacia soluciones viables y asequibles en todas las comarcas y territorios indígenas.
Además, se solicitó considerar opciones tecnológicas con uso potencial de energía solar, la movilización amplia de recursos financieros y el fortalecimiento de las políticas públicas vinculadas a este tema.
PRIORIDAD: ZONAS VULNERABLES
Estas políticas, dijo, están dirigidas a avanzar en zonas vulnerables en la seguridad hídrica, alimentaria y nutricional; también en la resiliencia climática y el alivio de la pobreza.
Las zonas incluidas en la investigación, precisó, están ubicadas en áreas alejadas y con restricciones para llegar a ellas, sobre todo en invierno, casi siete meses y solamente accesibles por la vía fluvial en pequeñas embarcaciones.
Llauger ilustró además que en esas zonas la población escolar -oscila entre los 150 y 600 estudiantes y de nueve a 25 docentes- pernocta en el plantel durante el curso lectivo.
En ese sentido, la demanda de agua fue calculada empleando una dotación de 20 litros diarios por persona y en el caso de los docentes internos, se elevó a 50 litros diarios.
Con esa información, los equipos de las diversas entidades mencionadas determinaron que en la mayoría de las escuelas, la fuente más adecuada era la del establecimiento de un Sistema de Captación y Aprovechamiento de Agua de Lluvia (Scall).
MÉTODO NOVEDOSO
Este método, conocido como sistema de cosecha de agua, consiste en un diseño que permite interceptar, recolectar y almacenar el agua de lluvia para el uso y consumo humano.
El Scall es una gran alternativa para el sector escolar pues existe un potencial a sabiendas que Panamá es el país que tiene la mayor precipitación de toda Centroamérica, indicó.
Este sistema incorpora la recolección de agua desde el techo de los planteles y con el uso de filtros especiales hasta su almacenamiento en reservorios flexibles de 50 mil litros de capacidad en donde el agua es clorada.
Luego el líquido es bombeado a tanques elevados y de ahí por gravedad hacia las cocinas y servicios sanitarios de los planteles.
Para el consumo humano, el agua es purificada en tres etapas de filtración con arena, carbón activado y filtros de poliéster, y luego desinfectada para la erradicación de bacterias y microorganismos.
Posteriormente el agua es envasada en garrafones de cinco galones y suministrada a través de dispensadores, agregó.
En total las escuelas que reciben estos beneficios, cuentan con una capacidad de almacenamiento de 35 mil a 100 mil litros de agua, que equivalen al consumo de unos 23 días.
PARA UNA GESTIÓN SOSTENIBLE
Este 2022, remarcó, FAO, como parte de la agenda que lleva adelante en este asunto y bajo el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 (ODS 6) se continuarán los trabajos para la gestión del agua desde todas las aristas.
La idea es garantizar el agua potable y el saneamiento para todos, gestión sostenible de los recursos hídricos, sistemas de gobernanza integrada del agua, las aguas residuales y los ecosistemas, adaptación al cambio climático.
En Panamá, concluyó, cerramos esta iniciativa dejándole a la cartera de Educación el diagnóstico de la situación del estado del agua en las comarcas Ngäbe Buglé, Emberá Wounaan y Guna Yala, y el diseño de otras 17 escuelas para aplicar este sistema.
Además, se cuenta con un documento para negociar la búsqueda de la movilización de nuevos recursos hacia una mirada de futuro.
arb/ga