Los reos, quienes permanecen desde hace más de una década en el Centro de Detención de la mencionada demarcación nipona, alegaron a través de su abogado, que el ahorcamiento causa un dolor insoportable y viola los convenios internacionales sobre derechos humanos, así como el artículo 36 de la Constitución (que prohíbe el castigo cruel), reseñó la prensa nacional.
Manifestaron además que el desconocimiento sobre la fecha de sus muertes les produce agonía mental porque viven con miedo durante largos periodos de tiempo.
El ahorcamiento es el único procedimiento concebido en el Código Penal del país asiático desde hace poco más de 140 años para el cumplimiento de la pena capital en casos de homicidio y traición.
Los demandantes piden que se elimine esta forma de ajusticiamiento y que el gobierno les proporcione una compensación.
El abogado defensor, Kyoji Mizutani, mencionó que el objetivo de la pena de muerte es expiar un delito al privar a una persona de la vida, no infligir dolor.
Al respecto, el Ministerio de Justicia evitó los comentarios, pues según declararon no han recibido la denuncia, publicó la cadena de noticias NHK.
Desde diciembre de 2021 hasta la fecha cuatro reclusos acusados de participar en asesinatos múltiples perecieron en el patíbulo. Otros 106 esperan su turno en cárceles de todo el país, de los cuales 61 solicitaron un nuevo juicio.
En julio pasado, el entonces ministro de Justicia, Yoshihisa Furukawa, subrayó que es inevitable recurrir a la pena de muerte mientras sigan cometiéndose crímenes atroces. “Su abolición no es apropiada”, sentenció.
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