Los manifestantes portaron carteles que compararon al presidente dominicano, Luis Abinader, con el dictador Rafael Trujillo, quien en 1937 ordenó una masacre en la frontera entre los dos países responsable de la muerte de hasta 20 mil haitianos, aunque algunas fuentes triplican esa cifra.
También cuestionaron el supuesto perfil racial que aplican las autoridades migratorias y denunciaron que sus compatriotas son hostigados diariamente en las calles, comercios, escuelas y bateyes solamente por su color de piel.
Ante el consulado dominicano en Puerto Príncipe, el profesor y economista Camille Chalmers leyó un comunicado de la Asamblea de los Pueblos que pidió detener las deportaciones masivas ante la crisis multidimensional que vive Haití.
“El Gobierno dominicano debe respetar los convenios internacionales y los principios de respeto a los derechos humanos promulgados en su Constitución”, dijo el también portavoz del partido Rasin Kan Pep La.
En el último mes, se intensificaron las expulsiones masivas de haitianos desde el territorio vecino, que algunas voces como la del excanciller Claude Joseph calificaron como una política racista y de limpieza étnica.
Más de 50 mil migrantes fueron retornados desde Dominicana en los últimos tres meses, entre ellos un millar de niños no acompañados, de acuerdo con datos del Grupo de Apoyo a Refugiados y Repatriados, así como la Oficina Nacional de Migración.
Luego de que se viralizaran en las redes sociales imágenes de haitianos transportados en camiones hacia la frontera, el Gobierno de Puerto Príncipe emitió un comunicado y condenó el trato vergonzoso e inhumano de sus connacionales y aseguraron que la situación pone en peligro el espíritu de paz y armonía que debe guiar la relación bilateral.
No obstante, las autoridades de Santo Domingo confirmaron que las deportaciones de indocumentados continuarán y señalaron que su compromiso es solo con su pueblo.
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