Luego de varios avances en las negociaciones, en particular durante el periodo de racionamiento de los combustibles por la acción de las bandas armadas, los intercambios entre partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil se enfriaron.
El líder del partido Unir Haití, Clarens Renois, dijo al diario Le Nouvelliste que la ralentización tiene entre sus causas a las sanciones de Canadá y Estados Unidos que frenaron las discusiones en el campo del Gobierno y los partidos cuyos miembros fueron afectados por las medidas internacionales.
El también periodista indicó, asimismo, que actualmente existe una tregua extraoficial por el Mundial de Fútbol, al tiempo que prevalece la falta de voluntad para realizar concesiones.
Aunque ciertos partidos acordaron negociar con el primer ministro, Ariel Henry, pese a que pedían su renuncia, el jefe de gobierno parece no ceder en sus peticiones, estima Renois.
Henry está muy apegado al hecho de que él es el único que dirige el ejecutivo, por lo tanto, no está de acuerdo con la formación de un Alto Consejo de Transición que tendría más poder que el Consejo de Ministros, aseguró el político.
Mientras la élite política evade el diálogo, la situación continúa cuesta abajo en Haití y esta semana el Instituto Haitiano de Estadísticas registró una inflación del 38,7 por ciento, la mayor en décadas.
Solo poco más del 30 por ciento de las escuelas pudieron reiniciar las clases y los niños asisten a las aulas sin uniformes, por temor a ser identificados.
A mediados de semana residentes de Cabaret en el norte de la capital denunciaron una nueva masacre que cobró la vida de al menos 12 personas, mientras persisten los secuestros y el control de las pandillas en la capital y sus alrededores.
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