El portal Poder360 asegura que la seguridad de Lula es realizada principalmente por integrantes de la Policía Federal (PF) y también cuenta con la ayuda de la Policía Militar del Distrito Federal (PMDF).
Cuando el acto se dispersó, integrantes de la seguridad del fundador del Partido de los Trabajadores y de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal discutían qué hacer.
La dinámica de las protestas contra el resultado de las elecciones del 30 de octubre desafía los protocolos de Brasilia.
Según el sitio, la realización de los actos resulta impredecible, mientras que la secretaría está acostumbrada a ser informada con antelación de manifestaciones y preparar la seguridad.
Los inconformes llegaron al lugar en tres autobuses poco después del partido de la selección brasileña de fútbol contra Corea del Sur en la Copa del Mundo de Qatar.
Una de las hipótesis en discusión es crear un perímetro de seguridad alrededor de la entrada del hotel.
En los primeros momentos de la manifestación se contaron seis agentes de seguridad, sin el equipo para contener multitudes, protegiendo la entrada. Los refuerzos del PMDF llegaron después.
De acuerdo con Poder360, los agentes de seguridad del exsindicalista tuvieron la impresión de que los primeros policías militares que llegaron al lugar poco ayudaron.
Las protestas contra el resultado del referendo resultan comunes desde los días siguientes a la segunda vuelta del 30 de octubre.
Manifestantes descontentos con la victoria de Lula sobre el mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro cerraron carreteras y se concentraron frente a cuarteles, donde pedían que las Fuerzas Armadas impidan el 1 de enero la toma de posesión del gobernante electo.
El equipo de la PF destacado para proteger al exdirigente obrero trabaja con la clasificación de «riesgo máximo», en una escala del uno al cinco, debido a las amenazas.
Tal categorización permite que Lula tenga seguridad diaria de la PF en todos los eventos que necesite asistir.
mem/ocs