El fracaso sufrido por el conservador Herschel Walker se suma ahora a otros descalabros de alto perfil dentro del Partido Republicano como el visto con Mehmet Oz, candidato a la Cámara Alta por Pensilvania, o la aspirante a gobernadora en Arizona, Kari Lake, apadrinados todos por el magnate.
La pérdida del Senado de Georgia pertenece a Donald Trump, sentenció un análisis del diario The Hill, al tiempo que añadió cómo Walker resultó el único afiliado a la tolda identificada con el color rojo que perdió una carrera estatal en dicho territorio.
El hombre que arrastró a la carrera e impuso un candidato demostrablemente no calificado a los republicanos ahora está lidiando con el daño, sentenció.
Según apuntó, las cosas han ido de mal en peor para el exmandatario, y acotó que en todo momento hace movimientos equivocados: pierde en los tribunales, sale derrotado en las urnas y, en general, se autodestruye.
“Georgia puede ser recordada como el estado que quebró a Trump de una vez por todas”, dijo por su parte Scott Jennings, exasesor del presidente George W. Bush, citado por Politico.
Remarcó el análisis del rotativo que el empresario seleccionó personalmente a Walker para la candidatura al Senado, tal como había elegido a otros republicanos en contiendas de alto perfil este año, y el resultado fue una mancha más en su historial, y un epítome adecuado a su caída desmoralizadora.
De todos los candidatos que elevó en las elecciones intermedias, pocos se parecían tanto a Trump como la del aspirante de Georgia, un famoso del deporte convertido a la política, plagado de escándalos y uno de los primeros en adoptar la mentira de que las elecciones de 2020 fueron manipuladas, apuntó el rotativo.
El empresario mantiene una ferviente base de apoyo dentro del Partido Republicano, y puede reponerse cuando la campaña presidencial se inicie el próximo año. Pero hay una razón por la cual la campaña del senador Warnock, a la postre el vencedor, se basó en emitir anuncios donde solo se veían imágenes de Trump alabando a Walker, estimó el medio.
Para unas elecciones generales, apuntó, el expresidente resultó así de tóxico.
Por otra parte, Politico resaltó que al ganar el escaño 51, los demócratas podrán prescindir de la anuencia del senador Joe Manchin, tradicionalmente divergente con los de su propio partido, en cada proyecto de ley que quieran aprobar, y obtienen la capacidad de renunciar a votar en una legislación que de otro modo sería partidaria.
Ahora pueden acabar con el acuerdo de poder compartido bajo el que han estado operando en los comités, obteniendo mayorías completas en cada panel del Senado, remarcó.
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