La lista de 15 de los extitulares llamados a esclarecer lo que oficialmente es considerado un golpe de estado fallido de Castillo al anunciar la disolución del Congreso, fue elaborada por la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, según fuentes del Ministerio Público.
También fueron interrogados los extitulares de Defensa, Emilio Bobbio; Trabajo, Alejandro Salas, y Salud, Kelly Portalatino.
Salas dijo antes de ingresar que nada tuvo que ver con el mensaje y renunció y recriminó al mandatario por disponer la disolución del Congreso, que lo destituyó, mientras la Policía, que junto a las Fuerzas Armadas desacataron sus órdenes, lo capturó y el mismo día fue encarcelado.
La ex primera ministra Betssy Chávez, señalada por la prensa como partícipe de la decisión de Castillo, estaba programada para ser la primera en declarar ante la Fiscalía, pero no asistió.
Chávez declaró al semanario Hildebrandt en sus 13 que ni ella ni los demás ministros sabían del mensaje del día 7 pero admitió que estaba con Castillo durante la aloución, que la sorprendió y posteriormente renunció por estar en desacuerdo.
Los exministros citados son considerados testigos en la investigación preliminar al exjefe de Estado y quienes resulten responsables por haber cometido presuntamente los delitos de rebelión y conspiración.
Otro convocado es el jefe del Ejército, general Wálter Córdova, quien renunció invocando razones “estrictamente personales” el mismo día de la crisis y sostuvo una reunión con el entonces mandatario en horas previas al mensaje presidencial y hoy encabezó junto a la nueva presidenta, Dina Boluarte, el acto conmemorativodel Día del Ejército. La Fiscalía inmovilizó de otro lado las cámaras de seguridad del Palacio de Gobierno, en busca de imágenes de una eventual sesión del Consejo de Ministros y verificar quiénes estaban con él durante el mensaje.
De otro lado, el congresista Guido Bellido declaró tras visitar a Castillo en la prisión, que le preguntó por qué había dado el infausto mensaje, que era la única manera de que el Parlamento opositor podía vacarlo (destituirlo), y el expresidente le respondió que no recordaba haber leído el mensaje.
Bellido sostiene que el exmandatario pudo haber sido obligado a lanzar el mensaje o desinformado para hacerlo y en su presentación parecía fuera de sus cabales, por lo que el caso debe investigarse, y demandó la libertad de Castillo para que diga su verdad.
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