Según un reporte del Buró Federal de Investigaciones (FBI), el 64,8 por ciento de las víctimas atacadas por prejuicios correspondió a motivos raciales y étnicos, el 15,6 resultó agredido debido a su orientación sexual, y el 13,3 por ciento fue objeto de violencia por su religión en el transcurso del pasado año.
En total hubo más de ocho mil víctimas de un delito de odio, apuntó el FBI citado por la cadena ABC News, y el 44,2 por ciento fue por intimidación, el 35,9 por ciento por agresión simple y el 18,3 por ciento por agresión con agravantes.
Si se le contrasta con las cifras disponibles en el sitio del Departamento de Justicia del país, se aprecia que los números entre uno y otro año fueron similares pues en 2020 hubo ocho mil 52 incidentes de delitos motivados por el odio, de las cuales el 13,8 por ciento se correspondió a la orientación sexual.
«Los incidentes de delitos de odio informados en relación con la orientación sexual y discapacidad mostraron aumentos en 2021 así como los los eventos contra la comunidad asiática, hawaiana y otros isleños del Pacífico», añadió la fuente.
La fuente alertó, no obstante, acerca de una caída de un 30 por ciento en las agencias policiales que aportaron datos de 2021, debido a un cambio en la metodología en la recogida de información, lo que dificulta la comparación de las estadísticas del pasado año con periodos anteriores.
El FBI define un crimen de odio como un delito criminal cometido que está motivado, en su totalidad o en parte, por las creencias del delincuente contra una raza, religión, discapacidad, orientación sexual, etnia, género o identidad de género.
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