La medida fue anunciada por el ministro de Defensa, Alberto Otárola, quien dijo que la decisión se debe “a los hechos vandálicos y violentos, a la toma de carreteras y caminos” que están siendo controlados por la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, y “requieren una respuesta contundente” del nuevo gobierno.
“Con esta medida buscamos garantizar el orden, la continuidad de actividades económicas y la protección de millones de familias”, añadió Otárola, quien señaló que el estado de emergencia tendrá una vigencia de 30 días.
Recordó que bajo la medida de excepción se suspenden garantías individuales como los derechos de libre tránsito y de reunión, así como la inviolabilidad de domicilio y la libertad y seguridad personales. La Policía, durante la emergencia, puede detener ciudadanos y allanar viviendas sin contar con la orden de un juez.
Preguntado sobre la posibilidad de decretar también el toque de queda, respondió que la medida está en evaluación y podría tomarse hoy mismo.
De otro lado, el congresista de izquierda Guillermo Bermejo, señalado por Otárola como promotor de los desórdenes, lo que él niega, declaró que “la persecución tiene los días contados.
Advirtió que “pedirle a la Policía y a los militares que resuelvan un problema político, una crisis profunda, querer endilgarles a ellos la solución de un conflicto es sinónimo de debilidad”.
Recomendó a la presidenta Dina Boluarte que renuncie, algo que piden los manifestantes, además de exigir la libertad del destituido Pedro Castillo y elecciones generales adelantadas y un referendo sobre una Asamblea Constituyente, a lo que Bermejo agregó un gobierno de transición, para una pacificación sin más costo social.
Entretanto, desde la ciudad surandina de Juliaca se informó que los intentos de manifestantes de tomar el aeropuerto Manco Inca del lugar, determinaron la suspensión de los vuelos. Antes se registraron tomas de las terminales aéreas de las sureñas ciudades de Arequipa y Andahuaylas, que permanecen sin operar, al igual que el de Cusco, este último por asedio de marchistas.
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